viernes, 24 de septiembre de 2010

Regatas, obligado a ganar para seguir vivo

Con la duda de si podrá contar o no con Javier Martínez, el Remero recibe esta noche a La Unión de Formosa. Debe ganar para seguir. 




 
Con la carga extra que significa saber que una derrota lo marginará definitivamente de la edición 2010 de la Copa Argentina, Regatas Corrientes recibirá esta noche a La Unión de Formosa por los partidos de vuelta de los octavos de final del certamen de pretemporada que organiza la Asociación de Clubes (AdC). El encuentro está pautado para las 21.30 en el Estadio de los Sueños, con el arbitraje de Pablo Estévez y Oscar Brítez, y en caso de ganar el local forzará un tercer juego a disputarse mañana en el mismo escenario y horario.
El panorama para el conjunto que orienta Fabio Demti no aparece como el más accesible, ya que viene de sufrir un fuerte traspié en tierra formoseña por 82 a 71, con el antecedente de que los correntinos habían cumplido un excelente primer cuarto en el que habían vapuleado a los formoseños por 31 a 14 y sacándole 17 puntos de ventaja, que poco sirvieron para alcanzar la victoria.
Además del cotejo perdido, Regatas debe lamentar la lesión del paraguayo Javier Martínez, quien no jugó en el segundo tiempo y el miércoles y ayer no pudo practicar y debió hacer reposo obligado y recién será probado hoy para ver si puede ser de la partida. Martínez padece una inflamación en la vaina tendinosa del tendón de la pierna izquierda.

Confianza remera
“Tenemos que mantener la intensidad en el juego. La misma que mostramos en el primer cuarto en Formosa, pero no sólo en defensa, también en ataque”, dijo el nacionalizado norteamericano Tyler Field, una de las claves del conjunto del parque Mitre.
“Nuestra idea siempre fue ser agresivos en defensa, pero también preocuparlos a ellos. Lamentablemente perdimos un poco la línea de juego, nos quedamos sin gol en el segundo tiempo y eso conspiró contra nuestra producción”, dijo el técnico Fabio Demti, quien en este torneo apostaba a mucho más que a naufragar en los octavos.

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